Enfoque

Mi visión, marco y abordaje clínico profesional….

Cómo trabajo? Cómo ayudar al paciente? Qué puede lograr un tratamiento?

El Paciente Individual, el Paciente Pareja, el Paciente Familia……

Creo que en la siguiente descripción del estilo de trabajo, se apreciará un denominador común de tarea clínica, si bien cada uno de esos “Pacientes” señalados, tiene un modo de abordaje técnico particular…

A partir del encuentro personal con el paciente, intento fundamentalmente escuchar su dificultad, queja, conflicto, problema, anudamiento y angostamiento de su vida única, la repetición compulsiva de estructuras y comportamientos impersonales y el estatus sano o insano de sus relaciones….“Atención parejamente flotante y asociación libre",  decimos en nuestro ámbito…

Mi sostén técnico-profesional es aunar, en una síntesis personal, todo lo  aprendido con distintos maestros, profesores, especialistas, cursos de posgrado, simposios, talleres, supervisiones, y centralmente los análisis personales, etc.

Sostengo que la psicoterapia psicoanalítica, y en especial la escuela inglesa, con sus permanentes aggiornamientos, ofrece un marco y una seriedad clínica inigualable. Lo que no implica desconocer el aporte innegable hoy día de la medicina, de la biofísica, las neurociencias, el diagnóstico por imágenes, la tecnología informática,  los aportes de otras escuelas psicológicas: lacaniana, junguiana, cognitiva, kohutiana, gestáltica, sistémica, etc.

En este sentido la psicoterapia con apoyatura en lo psicoanalítico, implica escuchar todos los registros del paciente, su voz personal, sus sueños, sus deseos, su línea argumental y guión  de vida, sus vínculos primarios y posteriores, lo no dicho, lo indigesto, de manera que lo inconciente irrumpa, develando una verdad posible…

El Psicoanálisis es una ciencia de las relaciones, por eso intenta la  “cura” por el vínculo entre paciente y terapeuta o analista, por la palabra y por la transferencia…

Si bien lo que se llaman en los manuales, enfermedades mentales, patologías, trastornos, pueden ser descriptos válidamente e inclusive lo solicitan las obras sociales, -y obviamente no desatiendo lo aprendido y practicado en Psicopatología-, no interesa tanto “etiquetar” al paciente con una de ellas, sino que la dirección del tratamiento, conlleve atender la intensidad  del descubrimiento de su verdad, en el devenir, en el ir siendo el que es…

Recuerdo tres “consejos” leídos en un texto budista: confianza básica en uno mismo, atender a las coordenadas de tiempo y espacio y no tener tantas expectativas…

Esto es muy parecido a los “logros” de un tratamiento, como proyecto no neurótico….

Otro gran psicoanalista inglés, Wilfred Bion decía algo así como trabajar con el paciente “sin memoria, sin entendimiento, sin deseo”….Tremendo!! Difícil!!

Es intentar escucharlo al paciente, desde un vaciamiento, no desde la completitud pretendida de la ciencia y el saber y de lo que “esperamos de él”…Decía Bion, que es como entrar a trabajar en un atellier con un lienzo blanco y…..a pintar…..

Eso ofrezco en la ayuda profesional: desandar guiones de vida tóxicos, confrontar la mentira hecha prótesis, que el paciente enriquezca sus vínculos, su perfomance laboral y  que descubra por sí mismo , el itinerario que desea recorrer y transformarse en  adulta y adulto responsable…

“Durante el proceso analítico la psiquis del analista está comprometida en profundidad. La esencia de su atención flotante no debe definirse en términos negativos como la supresión de sus procesos de pensamiento lógico, conscientes y dirigidos a una meta, sino en sentido positivo, como la contraparte de las asociaciones libres del paciente, es decir, como la aparición y el empleo de los modos prelógicos del analista de percibir y pensar. La atención flotante, es la respuesta empática activa del analista frente a las asociaciones libres del paciente, una respuesta en las que participan las capas más profundas de su inconciente desde el campo de la neutralización progresiva”…
Kohut, Heinz. “La restauración del sí mismo”. Ed. Paidós. 1977. México. Pág. 175
“¿Dónde se encuentra la belleza? ¿En las grandes cosas que, como las demás, están condenadas a morir, o bien en las pequeñas que, sin pretensiones, saben engastar en el instante una gema de infinitud?…La camelia sobre el musgo del templo, el violeta de los montes de Kyoto, una taza de porcelana azul, esta eclosión de la belleza en el corazón mismo de las pasiones efímeras, ¿no es acaso a lo que todos aspiramos? ¿Y lo que nosotros, civilizaciones occidentales, no sabemos alcanzar? La contemplación de la eternidad en el movimiento mismo de la vida…”
Barbery, Muriel. La elegancia del erizo. Ed. Seix Barral. 2009. Bs. As. Págs. 96 y 109
“La música puede proveer un consuelo basado en la integridad (wholeness), más fuerte que el de la palabra. Si través de la canción, unimos las palabras en experiencias unitarias, y la unidad es precisamente lo que se necesita frente a las experiencias fragmentarias de miedo y pérdida. Sólo las palabras pueden sostener la fragmentación de una personalidad dañada, ya sea que esta haya sido herida por la pérdida de un ser querido, por el miedo por la enfermedad; pero las palabras cantadas resisten esa pérdida de unión y le ofrecen a la persona que canta-y a los que escuchan- la integración que había sido arrebatada de sus vidas…”
Rose, Gilbert J. Entre el diván y el piano. Psicoanálisis, música, arte y neurociencia. Ed. Lumen. 2006. Bs. As. Prólogo. Pág. 28
Amor: “La pasión libre es como radiación sin radiador, un calor fluido que irradia hacia todas partes y circula sin esfuerzo. No es destructivo porque es un estado equilibrado y de gran inteligencia. La tendencia a centrarse en uno mismo inhibe ese estado de equilibrio e inteligencia. Al abrirnos, al relajar nuestro aferramiento egocéntrico, percibimos la totalidad del objeto y no sólo su superficie….Si se trata de un encuentro entre dos personas, la relación se vuelve una fuente de inspiración porque no percibimos al otro exclusivamente en función de nuestra atracción física y nuestros mecanismos habituales, sino que vemos el interior además del exterior…”
Trungpa, Chögyam. El mito de la libertad. Edit. Kairos. 2001. Barcelona. Pág. 87
“El encuentro despierta en nosotros la capacidad de amor. Pone en acción un proceso que nosotros mismos no podemos impulsar. Necesitamos de la mirada amorosa, del encuentro sin prejuicios, para descubrir el tesoro que hay en nosotros y levantarlo. Descubrimos nuestro yo precisamente en el tú. El encuentro con el tú nos hace reconocer cuál es el misterio más profundo de nosotros mismos. Y hace que podamos salir del caos de nuestros pensamientos y sentimientos, del desorden de nuestros roles y máscaras, y crecer permanentemente conforme con nuestra verdadera personalidad…”
Grün, Anselm. Transformación. Ed. Lumen. 1997. Bs. As. Pág. 66.
“La espacialidad de la realidad psíquica puede ser concebida como un espacio ocupado por “no cosas”. El intento de liberar este espacio de su penumbra de asociaciones provenientes del mundo perceptual abre un lugar para los pensamientos y el pensar. El psicoanálisis trata de la relación entre la cosa y la “no cosa”. Si el paciente logra diferenciar el mapa del territorio se despeja un fuerte obstáculo del camino de la investigación psicoanalítica…. El crecimiento mental es un parámetro de desarrollo de la capacidad de insight y de madurez para afrontar los conflictos emocionales. Está asociado al desarrollo de pensamientos y al uso de los mismos para resolver problemas en ausencia de los objetos….”
Pistiner de Cortiñas, Lía. La dimensión estética de la mente, variaciones sobre un tema de Bion. Ed. del Signo. 2007- Bs. As. Pág. 93
“…Sin ninguna duda el analizante atraviesa momentos penosos y de gran emoción. A veces el paciente se va de nuestro consultorio conmovido y necesita tiempo para recuperarse. Hay que saber que el método psicoanalítico favorece la reviviscencia de recuerdos a veces dolorosos, único medio de deshacerse de los síntomas que obstaculizan la existencia…la cura analítica tiene fases delicadas…Hay que decir que también compartimos con el paciente muchos momentos felices, en los cuales siente placer en reconstruir su historia, en medir los progresos realizados y en proyectarse en el futuro…”
Nasio, J.-D. Un psicoanalista en el diván. Ed. Paidós. 2005. Bs. As. Pág. 36
“El análisis implica no sólo desarmar las soluciones equivocadas para los problemas emocionales que el paciente había en cierto modo consolidado a lo largo de su vida, sino construir métodos nuevos más adecuados y espacios nuevos, a través del desarrollo de funciones, apoyándose en dos puntos de centrales: 1) el aprender de la experiencia a través del desarrollo de la función alpha y de las funciones matrices del pensar, que abren la posibilidad de “soñar” en el sentido amplio…y 2) del devenirse a sí mismo a través del desalojo del Super-super yó usurpador de las funciones del yo, a través de desarmar estructuras defensivas, exo-esqueletos y del encuentro de un lugar donde existir y sentirse real y al mismo tiempo evolucionar tolerando los cambios catastróficos…Así entiendo el crecimiento mental…”
Pistiner de Cortiñas, Lía. Sobre el crecimiento mental. Ideas de Bion que transforman la clínica psicoanalítica. Ed. Biebel. Bs, As. 2011. Págs. 18 y 19.
“…Tenemos al paciente y el analista embarcados juntos en un proceso de búsqueda de conocimiento, que se irá dando (o no) según las vicisitudes de un particular contexto. Entre los factores de dicho contexto es fundamental la disposición a dejar que surja en la mente de ambos algo nuevo extraño, inesperado, desconocido, incoherente. A esto llamamos “atención-asociación flotante-libre” como estado mental presente en el vínculo analítico en y entre ambos miembros de la dupla… En ambos algo habrá cambiado y no serán los mismos de antes, llámese mayor nivel de integración, creación de un nuevo espacio mental, modificaciones en el superyó, cambio de relaciones objetales, y/o ansiedades, etc…”
Serebriany, R y Sor, D. Psicoanálisis. Revista de APdeBA. Volumen IX. 1987. Págs. 52 y 53.
“…Habitualmente se piensa en términos de causa-efecto y desde el punto de vista sincrónico, que el terapeuta responde con su empatía a la “confianza básica” que el paciente deposita en él. Si lo que se privilegia en cambio es la expectativa mutua y renovada de lograr un contacto empático con el interlocutor, nos acercamos más al establecimiento y desarrollo de un vínculo empático, desde el punto de vista diacrónico. En este sentido no cabe duda que es indispensable “una rica historia de interacciones, incluyendo crisis y sus resoluciones, para lograr la individualidad y complejidad de la respuesta”….
Spilzinger, Luis A. Psicoanálisis. Revista de APdeBA. Volumen XI. 1989. Pág. 93